Por Cris Moreno Re.
Me senté a ver por quinta vez Fleabag y decidí escribir al respecto.
Fleabag es una serie escrita y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge, escritora, actriz y productora inglesa. Creadora de otras series como Killing Eve y Crashing también estuvo entre los guionistas de la vigésimo quinta película de James Bond ‘No Time to Die’.
Probablemente te encuentres con spoilers que puedan alterar o no tu experiencia seriefila, sigue bajo tu responsabilidad.
Fleabag es una comedia dramática que cuenta las desventuras caóticas, autodestructivas y por sobre todo sexuales de una joven adulta londinense a inicio de sus treinta. Está contada desde la mirada de la protagonista.
Desde los primeros minutos nos invita, con un corto monólogo, a ser cómplices de su desgraciada cotidianidad, traspasando la cuarta pared y hablándonos directamente.
La cámara somos nosotros que la seguimos, interactuando con ella y sus miradas, mientras empatizamos con sus reflexiones y cuestionamientos.
Personalidad que envidio
La protagonista no intenta reprimir sus impulsos o palabras, aunque éstas puedan desencadenar desagrado o sorpresa en sus receptores.
Va por la vida tomando caminos incorrectos, impulsada por el simple hecho de querer hacer y decir lo que le parezca sin pensar mucho al respecto, lidiando con las consecuencias de sus actos, saboteándose en el camino.
Humor inteligentemente doloroso
El humor devastador que presenta es ingenioso y bien pensado. A través de él, analiza el discurso de los demás, se ríe de sí misma, de sus desadaptativas decisiones y las consecuencias de las mismas.
Sus chistes terminan siendo cuchillos punzantes, donde nos clava justamente ahí, cuando nos estamos riendo con ella, de forma rápida, siendo más doloroso el remate con su tristeza. Porque el cuchillo más doloroso es el que viene desprevenido. Ese es el humor negro inteligente de Fleabag.
Sin embargo los chistes, a medida que avanza la trama, enmascaran un dolor que va siendo revelado; pérdidas, traumas, duelo, mediante cortos y oportunos flashbacks.
Una coraza que encubre el dolor
La primera temporada centra el ojo de la tormenta en la culpa y el duelo, y su lucha contra el odio a sí misma.
Cómo gestionar el duelo y la culpa que ahogan, cuando querés llorar todo el tiempo, cuando te odias por tus errores enterrándolos en actitudes autodestructivas.
No desaparecen, simplemente esperan a salir para hacerles frente en algún momento.
Boo y el lápiz que vió Fleabag al levantarse
Son varios los personajes que se desarrollan mediante los ojos de Fleabag y los nuestros. Por ejemplo Olivia Colman, ganadora del Oscar por The Favourite (2018) como la madrina pasivo-agresiva de Fleabag, o Sian Clifford que hace de la hermana de Fleabag, ambas tienen una dinámica frustrante y simpática.
Sin embargo hay un personaje que conocemos sólo a través de los recuerdos de la protagonista, esa es Boo.
La inspiración para el personaje de Boo fue la mejor amiga en la vida real de Phoebe, Vicky Jones, quien debutó como creadora con la serie Run para HBO.
Boo representa la dulce, impulsiva e incondicional amiga de Fleabag, en cuya historia con nuestra protagonista se revela, según Phoebe, el miedo a perder a esa persona que te hace más fuerte, y con quien podés salir a destrozar el mundo si así lo deseas.
Boo interpreta mi reflexión predilecta de toda la temporada. Cuando se cuestiona: ‘¿Por qué ponen el borrador en la punta de los lápices?’
Respondiendo esto de forma natural »porque las personas cometen errores».

Fleabag cometió un error que le desencadenó pérdida y un inmensurable dolor, a lo cual debe hacerle frente y aprender a vivir con ello.
¿Por qué lo que nos identificamos con esta serie?
Y porque muy probablemente todos estemos cansados de fingir que sabemos lo que hacemos con nuestro camino.
Porque somos unos calienturientos recurrentes en busca de una buenas embestidas.
Porque estamos ocupados lidiando con nuestros dolores.
Porque intentamos al final construir camino en nuestras desgracias… más o menos al igual que Fleabag.