Promising Young Woman es una película bastante divisiva, y creo que fue concebida como tal. Inmediatamente al terminar de verla, decidí twittear algo para tener mi propio recordatorio sobre los sentimientos que produjo en mí. Definitivamente me entretuvo, no se puede negar la calidad de la cinta. Sin embargo, creo que algunas de las reseñas que le siguieron inmediatamente carecieron un poco de profundidad, o cuánto mínimo, de honestidad. No es mi intención invalidar las críticas de otres, pero percibí una superficialidad enfocada en celebrar los elementos más obvios y el logro en general de una mujer como directora; no así intenciones de indagar en algunos de los aspectos más oscuros o desaciertos de la película.
Por sobre todas las cosas, PYW es una película hermosa. La atención y el cuidado en los detalles realmente valen la pena. En entrevistas, Emerald Fennell comparó su historia con un caramelo colorido, que invita; seduce con su inocencia, pero que al comerlo revela ser un veneno. Me parece una metáfora acertada, el viaje oscuro al que nos somete Fennell definitivamente está laqueado en pasteles y neones, que lentamente intoxican y corrompen.
Uno de mis detalles favoritos de la película es la manicura de Cassie. De principio a fin, Cassie tiene las uñas esmaltadas en un patrón particular, delicado y colorido, una uña de cada color. Además de sumar la imagen ultra-femenina y frágil, sirvió como presagio para el final. Los colores de sus uñas son luego parte de los colores vibrantes de la peluca que lleva puesta nuestra protagonista en su último acto de venganza.
Sin embargo, es ahí donde acaba mi fascinación con este colorido viaje. Fennell declaró en varias entrevistas que deseaba que su película se sintiera engañosa, una serie de desvíos para que nunca te sientas seguro de cuál sería el destino final. Y para su crédito, lo logró. ¿Pero a qué costo? Durante la etapa promocional de la película estuve convencide que sería una película de horror, en la que Cassie tomaba venganza asesinando a estos hombres, y luego… nada. No solo se sintió un poco decepcionante que el revenge-thriller no incluya violencia, sino que a un nivel más profundo, se lee con nula meditación detrás.
En la primera escena en la que Cassie, fingiendo una borrachera, se deja llevar por un extraño, se encuentran en un uber. El cual claramente nota a una mujer intoxicada y en manos de un hombre con malas intenciones, y no dice nada. Vemos como transcurre la película, presenciamos la “venganza” de Cassie. La cual consiste en… ponerse en una situación vulnerable, en desventaja, en territorio desconocido, con un hombre que busca aprovecharse de ella, y humillarlo. Es en esta primera escena donde se encuentra mi principal problema con esta cinta, el cual se extiende hasta el final. El punto de vista de un feminismo privilegiado y blanco.
Cualquier persona que se haya encontrado en una situación similar puede atestiguar que simplemente decir “che, no estoy borrache” no es un truco de magia que deshace el deseo de un abusador de violentarte. En algunos casos, el que estés consciente los vuelve más agresivos y peligrosos, ya que podés contar lo que sucede luego. Si es que salís vive.
También, el hecho que a lo largo de su “venganza” Cassie haya decidido atormentar a otras mujeres con la amenaza y tortura psicológica de una violación, ya sea hacia ellas (como el personaje de Alison Brie) o indirecta (como la hija de la Decana Walker) me pareció que rayaba en lo grotesco, particularmente por la falta de consecuencias hacia los hombres en esta película. Aparte de la “humillación” en la que ella misma podría haber terminado muerta… ¿Cuál fue el castigo hacia ellos? ¿La venganza? Si existía alguna, no fue explicada en la película. Pero a estas mujeres sí decidió exponerlas a un trauma real, lo cual me es ilógico en el mejor de los casos, y malvado en el peor.
Dicho esto, una vez que me adapté a que la película no iba a ser lo que esperaba, o sea una mujer asesinando abusadores… Ajusté las expectativas y la disfruté como lo que fue. Una comedia, en partes acción, en partes horror y un toque de misterio. Las elecciones de casting me parecieron espléndidas, por sobre todo la de elegir a los eternos buenos chicos como los hombres basura, coronando a Bo Burnham como Ryan, el hombre que casi convenció a Cassie que #NotAllMen. Laverne Cox siempre es un encanto, y Alison Brie nuestra fakeminazi favorita.
La historia que decidió contar Fennell es una que conocemos muy bien todes. Una de trauma y de sueños apagados. Una de vidas estancadas y ojos vacantes. Estas historias se caracterizan por muchas cosas, pero curiosamente algo que siempre las une es la impunidad de quienes nos ultrajan. El alma y corazón de esta historia es el de una mujer que murió el día que su amiga lo hizo. Pero su amiga también “murió” mucho antes. Y eso quedó grabado en video.
Y no objeto esta historia, porque la conozco. Todes la conocemos. El dolor que llegué a experimentar al ver esta película no se debió solo al guion ni a las actuaciones ni mucho menos, y Fennell lo sabe, así lo planeó. Es un dolor íntimo que nos pidió que lo exploremos porque está dentro y alrededor nuestro. Todos los días ocurre. Todos los días hay Ninas y Cassies muriendo. PYW nos pidió que no las olvidemos.
Pero Promising Young Woman también pidió a los hombres que no se olviden que nosotres nos acordamos de ellos y de los roles que jugaron. Ya sea activos o pasivos. Los recordamos. Y que cuando decimos que todos los hombres son basura lo decimos porque en uno que otro punto de su vida, decidieron mirar a otro lado. Decidieron reírse. Decidieron hacer un chiste. Decidieron no preguntarle a su pareja si de verdad quería. Decidieron ignorar si estaba muy borracha. PYW apuntó a que sepan que ellos pueden olvidar, pero nosotres no.
Aun así no todo lo que brilla es tan feminista, y PYW descarrió su mensaje en un final un poco inapropiado. Por toda la violencia ausente a lo largo de la película, el desenlace lo compensa macabramente. Cassie aparece en la despedida de soltero del violador de Nina, con la intención de “marcarlo” con su nombre. El plan marcha a la perfección hasta que el mismo logra soltarse de una de las esposas con las que estaba sujeto. Lo que presenciamos entonces es un asesinato, largo y doloroso, mientras este hombre asfixia a Cassie frente a nosotres. La primera vez que ví esta escena tuve ganas de vomitar, me sentí asqueade. La sentí innecesaria y excesivamente larga. La segunda comprendí que tal vez el largor de la misma fue con la intención de obligarnos como audiencia a reflexionar sobre lo difícil que es acabar una vida. Un comentario sobre lo efímeras que son las escenas en cintas de acción y horror donde las personas mueren sin tan ni más. La tercera vez que la vi, simplemente sentí rabia.
El desenlace se da cuando el día siguiente durante la boda, se ejecuta el plan maestro de Cassie. El video de Nina se entrega a las autoridades, el abogado envía los mensajes porque sabe de su desaparición. Su cuerpo es identificado por el collar (que no le sacaron antes de deshacerse de ella). Y con un soundtrack triunfante la policía se lleva al sospechoso, Ryan recibe los mensajes de Cassie, y su venganza se da por exitosa.
Y acá es donde retorno a mi punto original sobre que la lente de esta película es la de un feminismo blanco y privilegiado. La nota final es de triunfo, de “lo logré”. Pero ¿Cómo se traduce eso a las imágenes en la pantalla? La policía llevándose a un sospechoso, el cual es blanco y adinerado, ¿cuándo ha significado un triunfo para las víctimas? ¿Acaso no hemos presenciado o vivido incontables instancias en las que esos perpetradores son llevados solamente para salir bajo fianza; para ser absueltos por jueces amigos?
Me es difícil también, reconciliar que la muerte de una mujer pueda de una u otra manera reivindicar la muerte de otra. Nuestro slogan en la lucha contra la violencia hacia la mujer siempre es #NiUnaMenos. Ni una menos. Me repito eso una y otra vez. Y luego de ver esta película unas 5 veces, traté de racionalizarlo como un suicidio, como ponerle un beneficio agregado. Cassie ya vivía en depresión, sin rumbo ni metas. Su vida no significaba nada para ella, así que ¿Por qué no usar su muerte para castigar a un violento?
Ese es un mensaje válido, pero es un mensaje devastador y destructivo, desprovisto de un significado superior. Es una realidad horrible y deberíamos poder comunicarla o percibirla como tal. Glorificar un suicidio (que creo firmemente es lo que hizo Cassie) para darle un aire victorioso al desenlace de la película fue tan hashtag GirlBoss que creo que desvirtuó en diferentes maneras la historia que estaba contando. No me siento bien celebrando como una venganza satisfactoria la muerte de una mujer como la única salida para que los responsables se hagan cargo de sus atrocidades.
Promising Young Woman se sintió a veces una película muy suave para su tono y a la vez muy violenta para sus propios temas, pero la aplaudo por traer una mirada única y una mezcla de estilos cinematográficos a la mesa con experta ejecución. A pesar de tener estas críticas un poco duras sobre los temas más profundos creo que aún así es una película que vale la pena ver y comentar. Que la conversación siga siempre construyendo.
★★★★★★★☆☆☆ (7/10 Noahs)